10 octubre 2011
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No logro perderme. Los caminos se cierran en sí mismos Y la curvatura amuralla al jardín. Agito y abrillanto corolas, mi corporeidad se inflama de ansias. He tocado la piedra que otorga, en forma inconstante, el placer y la condena de la piel. |
Ahora sí soy el niño perdido. Erro sin rumbo por el jardín. Soy el fantasma que agita y desluce las corolas. He tocado la piedra que otorga en forma irrevocable el don y el castigo de la invisibilidad. |