18 agosto 2013
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XLI
No hay recovecos para la nostalgia. Es todo penumbra
y la música de un tango clásico es tenue. La higuera
y la parra anunciaban acaso la noche de un boxeador
groggy, que continuará la pelea hasta el final. Has
invitado a tus amigos, ya que especulas un lucimiento.
Paso atrás, al costado, uno-dos y aprieta los puños,
izquierda al hígado Ahora negrito – te grita Zaccaría.
Y sonríes feliz: has regresado a los rings de tu barrio
de Lanús Este. Sé valiente por una vez.
(Contra las cuerdas, Ediciones playa sola, Buenos Aires, 2007)